martes, 31 de diciembre de 2013

Todo pasa
Algunas preguntas sobre los espacios y la precariedad escolar




Uno
Martes a la mañana. Subo las escaleras apurado, agarro el pasillo y antes de ir para el aula busco el baño. Pero hay algo raro. En la entrada hay unos alumnos que no conozco con una soldadora. Me acerco. Están colocando unas puertas de hierro y alambre artístico. “No, no se puede entrar”, me dicen. “Es un segundo”, les contesto, “yo soy profesor”. “Bueno, pase”, tira el pibito.
Corren unos días y pregunto a los alumnos de ese piso qué pasa y se reparten las voces para contestar: “como fuman porro en el baño, lo cerraron”; “hay que pedir las llaves en preceptoría”. Y ustedes qué piensan, pregunto: “y, nos cagan a todos”.

Dos
Jornada docente. Estamos en un aula. Los directivos delante y los docentes sentados. Se reproduce a otra escala la misma asimetría profesores-alumnos, como también la imposibilidad de reproducir eficazmente esa asimetría –infinidad de veces se pide silencio, murmullos, risitas, uno no puede escuchar
La dinámica de la jornada consta de dos partes: en la primera la directora tira temas e información; en la segunda se analiza el protocolo de “Orientación para la Intervención en Situaciones Conflictivas” x bajo unas consignas. Van pasando los temas y se repite una secuencia: profes que intentan tirar alguna discusión y la directora contestando “lo dejamos para otro momento”.